LA VIOLENCIA EN TELEVISION Y SU IMPACTO SOCIAL
GABRIEL VAZQUEZ BULMAN
Santiago de Querétaro, Junio de 1999
CRÓNICA DE LA VIOLENCIA:
Ciudad de México, 7 de junio de 1999, un día como cualquiera, las dos grandes cadenas de televisión transmitían su programación regular. Televisa en Canal 2, el programa de entretenimiento HOY y en TV Azteca, Paco Stanley en Canal 13 competía por el auditorio con su estilo de animación fresco, repetitivo pero ameno. Los ratings hasta las 10:30 AM daban la victoria a Televisa con 11.8 puntos frente a 6.5 de Azteca con un 25.8 % de encendidos.
12:30, Televisa inició la cobertura en vivo por Canal 2 hasta las 15:00 horas, mientras que TV AZTECA encadenó las transmisiones de Canal 7 y 13 hasta las 18:00 horas.
La noticia anterior nos dio la oportunidad única de observar el impacto de una noticia violenta, capaz de mover a la sociedad rompiendo sus hábitos de vida, sociales y laborales para enterarse en vivo, el cómo y el porqué de la muerte de uno de los personajes de más presencia en la televisión mexicana.
Puede observarse en los gráficos de ratings y encendidos que la espectacular subida fue prácticamente instantánea, como podrá verse en la respuesta de Canal 7 que incremento de 0.1 a 15.1 a las 13:30. Como ya se indicó, Canal 2 sube a niveles de 32.7 a las 13:15 y desciende a 5.9 a partir de las 15:00 en que regresa a su programación normal, mientras el 7 y 13 capitalizan y en un evento inusual rebasan a Televisa llegando a niveles de 13.9 y 25.5 respectivamente. De 18:00 a 22:00 las dos empresas transmitieron su programación normal basado en telenovelas principalmente para registrar subidas importantes durante los noticieros nocturnos encendiendo el 92 % de los aparatos receptores en la Capital del País.
EL CONTENIDO DE LA TRANSMISION:
TELEVISA, puso al frente a Jacobo Sabludovsky y dedicó sus espacios a informar de forma objetiva el incidente, entrevistando testigos, policía, actores denunciando la violencia, biografías e imágenes en vivo del sitio. Se activó una línea telefónica para que testigos anónimos denunciaran al (los) criminales. Por la noche transmitió en vivo desde la capilla ardiente logrando una controvertida entrevista con Mario Besares, amigo más cercano de la víctima quien se encontraba dentro del restaurante mientras Stanley era asesinado.
TV AZTECA, encadenó sus canales 7 y 13 a partir de que la noticia fue dada a conocer. Al frente estuvo Javier Alatorre quien informó con sus reporteros en vivo y desde el lugar de los hechos. Mostró por unos segundos la cara de Stanley sangrando destrozada por las balas y el cadáver en el asiento. Fueron entrevistados testigos, policía y público presente. Desde el helicóptero pudo observarse el traslado del cuerpo de la camioneta a la camilla del forense. A lo largo del día se realizó una transmisión en vivo desde el estudio que hacía unas horas fue ocupado para la emisión matutina del conductor, estaba lleno de gente de TV AZTECA, artistas, técnicos, público que clamaba justicia. Al sentirse la casa ofendida, la televisora manipuló la información hacia el reclamo a las autoridades por el fin de la violencia en México. Se abrieron teléfonos al auditorio y se ofreció una jugosa recompensa para la persona que diera pistas para localizar a (los) culpables. Por la noche se transmitió en vivo desde la capilla ardiente con entrevistas a público asistente, familiares y artistas, igualmente el reclamo enérgico fue fin a la violencia.
RESULTADOS:
La información de TELEVISA se mantuvo objetiva y fiel, con respeto y poca espectacularidad, mientras que la TV AZTECA cayó en el amarillismo de nota roja, se mostró la imagen de Stanley como "Mártir de la violencia en la Ciudad de México" utilizando todos los recursos a la mano, durante las participaciones en vivo del público y artistas se escucharon desde los que pedían a gritos la renuncia tanto del Gobierno de la Ciudad como de la Nación, el linchamiento y muerte en plaza pública de los culpables y la renuncia a la Nacionalidad Mexicana; "Vivo en México porque aquí nací, pero quisiera vivir en otra parte y dejar de ser mexicano"; "no creo en México y sus instituciones"; "el Gobierno muestra su incapacidad al no poder evitar la violencia en la Ciudad"; "Que renuncien"... son algunas de las frases de protesta escuchadas en vivo.
El Gobierno reaccionó y protestó por el "clima de linchamiento" hacia sus Instituciones de Justicia propiciado por los medios de comunicación y más cuando se utiliza como ejemplo un crimen claramente planeado y ejecutado tal vez como una venganza personal o el narcotráfico, pues por la manera de perpetrarse se descarta el secuestro o el robo, así mismo se comprometió ante la sociedad a dar resultados con la mayor brevedad posible.
Finalmente y como conclusión, el evento fue utilizado para destapar uno de los más grandes reclamos de la sociedad mexicana, fin a la violencia, sin ninguna medida o discreción se inundó la pantalla de imágenes y opiniones dramáticas detonando a una sociedad reprimida, tolerante y resignada pero sensible, que una vez superado el impacto de la sorpresa meditó y asimiló lo sucedido, buscando la fuente imparcial, medida y discreta pero comprometida con la objetividad de la información.
En la gráfica anterior, podemos observar, que a pesar de la gran cobertura hecha por TV AZTECA con dos canales encadenados, el promedio de rating a lo largo del día, tomando en cuenta únicamente los horarios dedicados al tema, TELEVISA superó por 8.3 puntos a su competidor, lo que podría traducirse en la objetividad y credibilidad del medio.
"El rumor y la información; el trabajo periodístico en condiciones de fuerte competencia (brevedad de los plazos, búsqueda de la primicia, presión de la medición de audiencias o número de lectores) favorece la apropiación de versiones no verificadas, lugares comunes ingenuos, errores que terminan por construir una visión de los temas que se parece más a los rumores que atraviesan la vida cotidiana y la opinión pública que a una información consistente y revisada. Rumor que cuenta además con el plus de legitimación que aporta el hecho de la transmisión masiva.
El calor turbio del directo; la posibilidad abierta por las tecnologías de información - comunicación y la existencia de redes que empaquetan el mundo, conducen a abolir la distancia y el tiempo que nos separaban de él, a informar "en tiempo real". Pero ¿se trata en realidad de información? Lo que se produce muchas veces y tiende a consolidarse ya es la aparición de otro tipo de relación con el acontecimiento: calor, efusión, incluso (falsa) participación, antes que la inteligencia distanciada que permite ordenar el ruido del mundo. La comunicación inicial que predomina en la televisión en directo no nos deja ver que el índice es la infancia del signo y que informa pobremente aunque pueda resultar impactante y atractivo." (Anne-Marie Gingras 1995)
VIOLENCIA Y SOCIEDAD
Se asume como problema para cualquier sociedad la existencia cotidiana de la violencia. En la historia del pensamiento de la humanidad encontraremos decenas de teorías acerca del origen mismo de la violencia y otros tantos tratados que orientaron los caminos que el individuo o la sociedad debieron seguir para anularla.
Durante años los pensadores reflexionaron acerca de que si la violencia era innata o adquirida a la condición humana, conduciendo a las primeras explicaciones desde la perspectiva de la religión, la filosofía y el derecho. Hoy, el pensamiento científico con el aporte de la sociología, sicología y semiología, ha superado dicha discusión inclinando mayoritariamente a considerar que la violencia es una consecuencia de la civilización y por lo tanto la misma sociedad puede encontrar las herramientas para disminuirla.
Este concepto dinámico del origen de la violencia permite entonces entender la movilidad de las causas y por lo tanto a su vez nos obliga a nuevas y actualizadas reflexiones sobre la misma con el objeto de atenuarla.
De importancia creciente en la formación de la sociedad moderna, que fue desarrollando los medios de comunicación en general, y la televisión en particular, implica violencia en forma directa.
Hace algunos meses, una radiodifusora de la Ciudad de México reunió a un grupo de expertos en comunicación y temas afines para comentar como seria un día de nuestras vidas si no existiera la televisión. La discusión giró alrededor de algunas ideas que muchos conocemos: la televisión ha tenido un profundo impacto en las sociedades modernas. Mas allá de ser uno mas de los medios masivos de comunicación, la televisión ha modificado de manera importante los estilos de vida de casi todos nosotros.
Si bien la televisión es un medio con un potencial de transmisión de información impresionante, sus efectos sobre los individuos no siempre son positivos. Diversos estudios han documentado cambios en las formas de vida de comunidades rurales a partir del acceso a la televisión. Estos efectos varían, desde un aumento en la frecuencia de comportamientos violentos, hasta abandono de actividades de esparcimiento "tradicionales" como la lectura o la simple platica entre miembros de familias y comunidades.
Cuando las diferentes estructuras familiares e institucionales de una sociedad fallan o resultan insuficientes en la formación y desarrollo del individuo, éste se encuentra inmerso en un nivel de desprotección frente a un sin número de estímulos y modelos que lo conducen frecuentemente hacia conductas violentas.
El tratamiento ficcionalizado y dramatizado de hechos violentos de la realidad despierta en muchos individuos comportamientos de curiosidad y sadismo que generan fuerte magnetismo hacia la pantalla. Por otro lado la exacerbación y exaltación de la violencia genera que se eleve el umbral de tolerancia frente a otros hechos sociales cotidianos.
La
exaltación de la violencia a través de diferentes programas de televisión es algo que potencia la agresividad de las personas, influencian el estilo agresivo de la sociedad, la manera en que las personas lidian unas con las otras en las relaciones personales y sociales.Otra perspectiva más afín a las sociedades con problemas de desarrollo y/o inequidad social, indica que la causa de la violencia la podemos encontrar en la frustración, es decir la imposibilidad de los individuos de concretar sus deseos. Esto nos lleva a considerar entonces que la violencia actual es la resultante de dos emergentes característicos de nuestro tiempo: la incomunicación y la frustración.
Sin embargo los efectos sobre los niños son más profundos, porque ellos están aún en formación y no saben distinguir con claridad los límites de la ficción y la realidad. Sus miedos y expectativas personales no son conducidos solamente por su propia experiencia, por su propio ensayo y error, sino que son también alimentados por lo que reciben de la televisión.
Todas las imágenes e informaciones que suministra la pantalla se acumulan como conocimiento en la memoria del niño, y con el paso de los años estos manifiestan más miedo que antes frente a algunas situaciones. Comienzan a imaginarse que pueden ser atacadas de tal o cuál forma, aunque nunca hayan pasado por ese tipo de situaciones.
"El predominio de la violencia en la programación de la TV crea una tendencia hacia la agresividad, y reconstruye una imagen distorsionada y confusa del mundo." (Bernardo Hernández Prado Centro de Investigación sobre Salud Poblacional / INSP)
La afirmación anterior resulta de considerar que los principales motivadores de la violencia se encuentran en la situación social, la familia y las estructuras de la sociedad, sería ingenuo pensar que la televisión es causa determinante de la misma. Pero los niños que no reciben afecto o protección institucional, sufren un mayor impacto estimulador de conductas a través de la programación, donde los "fuertes" son recompensados y los problemas fácilmente resueltos, donde se magnifica la visión del que gana, pero no del que pierde, aún cuando ese sea un personaje "malo". La programación no muestra la perspectiva ni las consecuencias de la víctima.
El origen de la violencia es social, pero en la vida contemporánea la brutalidad en la pantalla puede servir como botón disparador de insospechadas conductas de daño hacia el otro.
En México, se produce el programa "DURO Y DIRECTO", es una emisión de 3 horas diarias que se transmite por Canal 9 (Televisa) a partir de las 19:30 horas. El género es periodístico de nota roja, de corte urbano, Duro y Directo presenta situaciones de la vida real con lujo de dramatismo y violencia. Por ejemplo, dos vecinas peleando frente a la cámara, o un criminal detenido por la policía muestra como asesinó a machetazos para robar. Además cuenta con una "línea de ayuda telefónica" para denunciar ilícitos. Se ha llegado a cuestionar sin verificación, si éstas emisiones provocan sentimientos de protagonismo violento, en los que el sujeto comete un crimen con la única justificación de aparecer en televisión
SENSACIONALISMO
El termino "sensacionalismo" viene dando nombre, a una forma de hacer televisión caracterizada por explotar el morbo y el escándalo como palancas de atracción de la audiencia.
El sensacionalismo se define por los asuntos que aborda, por los personajes que exhibe y coloca en primer plano, y, sobre todo, por el enfoque distorsionado al que recurre para tratar dichos asuntos y personajes.
Los promotores del sensacionalismo, en su búsqueda de un "mínimo común denominador" capaz de juntar a grandes masas de espectadores ante la pantalla, utilizan cualquier tema de interés humano, cualquier acontecimiento político o social como mera excusa para desplegar lo que consideran elementos básicos de atracción de la audiencia: sexo, violencia, sensiblería, humor negro, superstición, en muchos casos de forma sucesiva y recurrente dentro del mismo programa.
Bajo una apariencia de preocupación y denuncia, los programas sensacionalistas se regodean con el sufrimiento; con la muestra más sórdida de la condición humana; con la exhibición gratuita de sentimientos y comportamientos íntimos. Desencadenan una dinámica en la que el circense "más difícil todavía" anuncia una espiral sin fin para sorprender al espectador.
Este desprecio desemboca en la realización de "juicios paralelos"; en el abuso del amarillismo y el escándalo: en la presentación de testimonios supuestamente verdaderos pero que en realidad provienen de "invitados profesionales". Y, por supuesto, en la mitificación de una televisión de la trivialidad, basada en el protagonismo de los personajes del mundo rosa y amarillento, cuyas insignificancias y conflictos sentimentales, tratados desde el mas descarado amarillismo, es otro de los ingredientes de este coctail.
El sensacionalismo no ha inventado nada: el halago fácil al espectador, el gusto por la artificialidad, forman parte de la escencia humana. Pero en la actualidad, la enorme influencia social de los medios de comunicación de masas agranda de forma exponencial los efectos negativos de este tipo de mensajes.
El sensacionalismo se encuentra hoy en un momento ascendente de su ciclo vital. Es como un cáncer, cuya metástasis tiende a invadirlo todo, o quizás como un virus informático que, contamina lo que toca y acaba por impedir el mantenimiento o la aparición en las parrillas de otros modelos de información más respetuosos con la verdad y con el interés social.
El problema es todavía más sangrante cuando este tipo de contenidos se difunde a través de las televisoras publicas, cuya obligación moral y legal es suministrar productos, ética y culturalmente, solventes.
LOS NIÑOS
Los niños mexicanos ven televisión un promedio de tres a cuatro horas diarias. La televisión puede ser una influencia poderosa en el desarrollo de un sistema de valores y en la formación del comportamiento. Desgraciadamente, una gran parte de la programación actual es violenta. Estudios sobre los efectos de la violencia en la televisión en los niños y los adolescentes han encontrado que los niños pueden:
Los niños que se exponen excesivamente a la violencia en la televisión tienden a ser más agresivos. Algunas veces, el ver un sólo programa violento puede aumentar la agresividad. Los niños que ven espectáculos en los que la violencia es muy realista, se repiten con frecuencia, o no recibe castigo, son los que más tratarán de imitar lo que ven.
El impacto de la violencia en la televisión puede ser evidente de inmediato en el comportamiento del niño o puede surgir años más tarde y la gente joven puede verse afectada aun cuando la atmósfera familiar no muestre tendencias violentas. Esto no indica que la violencia en la televisión es la única fuente de agresividad o de comportamiento violento, pero es un contribuyente significativo.
Podría preguntarse como ha llegado la televisión a convertirse en una forma de entretenimiento tan atractiva para la población, en especial para niños y jóvenes. En un análisis realizado por el CENTRO DE INVESTIGACIÓN SOBRE SALUD POBLACIONAL, de mas de 200 niños residentes en zonas de bajos y medianos ingresos en la Ciudad de México no se ha encontrado, hasta el momento ningún niño que cuente con por lo menos un televisor en casa. Han invadido toda la casa: hay televisores en la sala, el comedor, la cocina y especialmente en las recamaras. Por su parte la industria de la televisión ha logrado una cobertura impresionante de eventos sociales, deportivos, noticiosos y de espectáculos que, aunada a la programación habitual, la hacen por si misma muy atractiva. El manejo de estereotipo de popularidad en la programación hace casi un requerimiento social el ver televisión.
CONCLUSIONES:
La televisión, es hoy en día el medio masivo de comunicación por excelencia, pues junto a sus características, que combinan en un mismo instante imagen y sonido en movimiento, tiene una enorme capacidad de penetración, de difusión de valores y generación de consumo.
Como auditorio, debemos aprender a distinguir entre la noticia objetiva y real de la sensacionalista, cargada de ruido y espectacularidad, que como se ha dicho anteriormente provoca imágenes distorsionadas de la realidad.
Los padres pueden proteger a los niños de la violencia excesiva en la televisión de la siguiente manera:
Se ha dicho muchas veces que los criterios de contenido son manejados por el dueño de la emisora, sin embargo, ante los requerimientos comerciales de la actualidad, un programa que no tiene suficiente auditorio es retirado del aire, dando un poder al auditorio para seleccionar los programas de su interés. Los cambios vendrán cuando la sociedad en su conjunto fomente la producción de programas televisivos tendientes a difundir valores éticos, sociales, políticos y familiares, con información objetiva, veraz y de calidad en su contenido.
"No es legitimo lamentar, en ocasiones histéricamente el crimen, si al mismo tiempo exaltamos histéricamente el crimen, si al mismo tiempo exaltamos con particular fuerza los hechos criminales. Tenemos todos que promover una cultura de respeto a la legalidad, tenemos que mostrarle, es cierto, la realidad a la sociedad; pero tenemos que mostrarle lo que es necesario para combatir el crimen, no para exaltarlo" (Dr. Ernesto Zedillo, Presidente de México, junio 14 de 1999).
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